Carrera Científica

La ciencia contiene numerosas características que pueden hacerla un quehacer diferente a muchos otros. En parte, porque la ciencia consiste en la comprensión humana de los mecanismos y procesos que se manifiestan en el universo, y por ello, demanda el uso de la mente, a través del pensamiento abstracto y de la creatividad, para alcanzar objetivos beneficiosos y duraderos. Es esta condición fundamental de la ciencia la que suele llevar a quienes consideran que están dotados de una capacidad superior a la normal de pensar en profundidad o de entender tópicos reconocidos como complejos, a concluir que sus aparentes cualidades intelectuales serán suficientes para asegurar logros científicos dignos de perpetuidad. Sin embargo, la inteligencia no lo es todo en ciencias, es de hecho sólo una parte, importante, pero sólo una parte. La otra parte la constituye la dedicación al trabajo. Es en este punto donde la pasión por una disciplina es esencial, dado que la dedicación es difícilmente alcanzable si no se tiene un vívido interés por involucrarse en algo.

Para contruibuir en ciencia es esencial el trabajar duro. La dedicación a su vez implica varias actividades primordiales. Es crucial el dedicar numerosas horas diarias a la reflexión de problemas, de esta forma es posible entenderlos, apreciar debilidades en las teorías, fortalezas, y aún más importante, es posible generar progresivamente (en general lentamente) ideas y visiones propias sobre un problema específico. La independencia de pensamiento es necesaria para progresar. Es también parte crucial de la dedicación al trabajo el informarse sobre el conocimiento científico que circula en el mundo, y para ello la dedicaciuón a la lectura es absolutamente necesaria. Un científico debe mantener su conocimiento continuamente actualizado, y la única forma de conseguirlo es por medio de la lectura constante (y crítica) de papers publicados en revistas científicas y de libros de especialidad. La asistencia a congresos (no sólo como expositor) es también una fuente valiosa de información y de inspiración en muchos casos. Sólo de esta forma es posible evolucionar ideas claras sobre determinados problemas. Uno de los riesgos comunes de esquivar la lectura es que una idea interesante que pudiera de pronto venir a la cabeza, causando gran entusiasmo por desarrollarla debido a su posible novedad, podría resultar no ser nueva, podría haber estado circulando en la literatura por más tiempo del que uno pudiera imaginar, y en consecuencia, podría resultar en una situación frustrante. Esta frustración puede ser aún más intensa cuando tal posible nueva idea es expuesta de forma pública, y alguien hace notar con naturalidad que la idea no es nueva. Obviamente no es posible (o es al menos difícilmente practicable) el acceder a todo el conocimiento científico disponible, pero cuanto más intensa y dedicada es la lectura de diversas fuentes, menores son las probabilidades de verse involucrado en este tipo de situaciones.